La extraordinaria biodiversidad de la naturaleza brasileña se refleja en la grande variedad de fruta de la nación más grande del Sur América. Cubrir velozmente las inmensas distancias que separan las regiones de producción de las principales áreas urbanas de este país es imposible. Por esta razón la fruta es transformada en pulpa en las zonas de cultivación apenas cosechada, luego es inmediatamente congelada y distribuida.

La transformación en pulpa es un proceso de elaboración simple, pero riguroso, en el cual todas las propiedades de la fruta permanecen inmutadas, gracias al rápido proceso de congelamiento de la pulpa, además no se añaden conservantes, aditivos o colorantes.